Hablando de la teología de la prosperidad
Hace mucho tiempo que se escucha hablar de la llamada teología de la prosperidad, en este breve artículo me gustaría brindar una opinión al respecto.
Tal vez el nombre de "teología de la prosperidad" pueda dar lugar a confusiones. Para comenzar debo comentar que no está exclusivamente basada en la motivación financiera (aunque es un elemento al que se apela con mucha intensidad). Sin embargo, mi intención es cavar un poco más profundo y no detenerme en los frutos de un mal árbol. ¿cuál es el centro de esta teología? Esta doctrina (o mejor llamada práctica) tiene el centro, el corazón en el hombre, en sus deseos, necesidades(?) y objetivos. Se centra en darle alas a una humanidad caída en pos de un mejor presente que se puede lograr considerando que Dios nos ama y quiere lo mejor, sin embargo ese "mejor" significa mejor trabajo, mejor casa, mejor auto, mejores posesiones, etc. En otras palabras está centrada en el hombre, de una manera muy grotesca podría decir que en última instancia pone a Dios al servicio del hombre. En algunos casos se mezcla con psicología y en pleno sermón o prédica dominical puede apelarse a elementos extraños a la Palabra como la autoestima, la autosuperación (¿se fijan que estas palabras empiezan con "auto"?)
Puede que alguno de los lectores pueda cuestionarse acerca de si la doctrina de la iglesia a la cual asiste corresponde a la doctrina de la prosperidad.
Sería bueno revisar el énfasis de las predicaciones y de las conversaciones ocasionales entre los asistentes a las actividades de la iglesia. El foco debe estar en el Señor y en Su obra sobre nuestras vidas, en especial sobre nuestro carácter, no perdamos de vista que el objetivo de la iglesia es llegar a un varón perfecto a la estatura de la medida de Cristo (Efesios 4.12-13). La vida de iglesia debe ser un lugar de adoración a Dios (y no hablo de música) es el lugar donde nos estimulamos unos a otros a las buenas obras donde hemos entendido lo que la bendición significa y donde el evangelio de Cristo es profundizado porque estamos persuadidos que el evangelio es necesario entenderlo y comprenderlo plenamente (Colosenses 1.4-5).
Un evangelio que está centrado en el hombre y en cumplir sus necesidades (caprichos) no es el evangelio de Cristo, es simplemente una vieja filosofía de vida que apunta a elevar al hombre al nivel de Dios (Génesis 3.4-5) y éste NO es el evangelio de Cristo, ese sería más honesto indicar que es el evangelio del hombre, este evangelio no salva, simplemente nos hace sentir mejor conduciéndonos a la perdición eterna, al mismo infierno.
Puede que alguno de los lectores pueda cuestionarse acerca de si la doctrina de la iglesia a la cual asiste corresponde a la doctrina de la prosperidad.
Sería bueno revisar el énfasis de las predicaciones y de las conversaciones ocasionales entre los asistentes a las actividades de la iglesia. El foco debe estar en el Señor y en Su obra sobre nuestras vidas, en especial sobre nuestro carácter, no perdamos de vista que el objetivo de la iglesia es llegar a un varón perfecto a la estatura de la medida de Cristo (Efesios 4.12-13). La vida de iglesia debe ser un lugar de adoración a Dios (y no hablo de música) es el lugar donde nos estimulamos unos a otros a las buenas obras donde hemos entendido lo que la bendición significa y donde el evangelio de Cristo es profundizado porque estamos persuadidos que el evangelio es necesario entenderlo y comprenderlo plenamente (Colosenses 1.4-5).
Un evangelio que está centrado en el hombre y en cumplir sus necesidades (caprichos) no es el evangelio de Cristo, es simplemente una vieja filosofía de vida que apunta a elevar al hombre al nivel de Dios (Génesis 3.4-5) y éste NO es el evangelio de Cristo, ese sería más honesto indicar que es el evangelio del hombre, este evangelio no salva, simplemente nos hace sentir mejor conduciéndonos a la perdición eterna, al mismo infierno.